La palabra gratitud proviene del latín gratitūdo, y según la RAE es «un sentimiento que nos obliga a apreciar un beneficio o servicio que nos ha sido otorgado o que deseamos exhibir y corregir de cierta manera algo».
Entonces la gratitud es algo que sentimos y también nos motiva a actuar. Gracias a ella, sentimos las cosas buenas de la vida, ya sean tangibles o intangibles, y actuamos en consecuencia. Pero además de lo transitorio, también es un rasgo de personalidad, y ser una persona agradecida significa sentirse más satisfecho con la vida.
La psicología positiva, que estudia qué podemos hacer para mejorar nuestra percepción de la felicidad, se ha interesado especialmente por este rasgo.
Varios estudios muestran que las personas que practican la gratitud informan beneficios constantes, que van desde la resiliencia emocional y la salud física hasta mayores beneficios profesionales y empatía. Según el Centro de cognición consciente de la UCLA, expresar gratitud en realidad cambia la estructura molecular del cerebro, mantiene activa la materia gris y nos hace más saludables y felices.
Cuando te sientes feliz, el sistema nervioso central se ve afectado. Estás más relajado, menos reactivo y menos reactivo. La gratitud es la práctica más efectiva para estimular sentimientos de felicidad.
5 consejos para desarrollar la gratitud
1. Contar nuestras bendiciones: Hacer una lista de todas las cosas por las que estamos agradecidos y ponerlas frente a un espejo o en algún lugar visible es una forma de recordar cuánto recibimos y cuánto recibimos. Además, reconocer todas las cosas por las que estamos agradecidos muestra cuán maduros somos como seres humanos.
2. Agradecer a los demás: prestar atención a los pequeños detalles nos hace la vida más fácil, y dar las gracias de inmediato nos hace sentir bien y nos permite conectarnos más con los demás sin implicar que algún día estaremos a nuestro servicio. Siempre les digo a los niños que una forma de agradecerme por la comida que preparo para ellos es comiéndola, una vez que les muestro cuánto significa para mí porque me tomó mucho tiempo y esfuerzo prepararla. Hacen todo lo posible para terminarlo por ellos y recuerda agradecerles antes de levantarse de la mesa.
3. Oración: Una de las cosas por las que agradezco es tener el hábito de orar, que me permite agradecer lo bueno y lo malo que me ha pasado durante el día. Como madre, saber que mis hijos están incorporando este hábito a su vida me llena de satisfacción. A veces sus oraciones son bastante largas debido a la larga lista de cosas que mencionan, pero al final, vale la pena escucharlas.
4. Caminar con gratitud: otra forma de desarrollar la gratitud es salir a caminar y disfrutar del mundo que te rodea, o alejarte de las distracciones para contar todas las cosas por las que estás agradecido. Mi esposo muchas veces hace esto con los niños, cuando tiene tiempo para caminar con ellos y comienza a preguntarles: ¿por qué estás agradecido? La lista suele ser interminable, pero muy a menudo, como adultos, nos olvidamos de ver la vida como la ven nuestros hijos y esto nos permite redescubrir las cosas por las que debemos estar agradecidos.
5. Escriba una tarjeta de agradecimiento: aunque la tecnología es una gran herramienta que no podemos existir, una de las cosas que nos robó es el momento de sentarnos y escribir con puños y sus palabras. O agradecemos a las personas que son importantes para usted por vernos.